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Y el premio a "Miss Camiseta Mojada" es para...
Sara deslizó la mano sobre el volante de
cuero de su Mini. Giró la cabeza y
miró a través de la ventanilla.
El cielo se había llenado de oscuras nubes y
pequeñas gotitas caían sobre el parabrisas.
Observó el Diamond Palace, lugar donde se iba
a celebrar la fiesta de las Estrellas.
Era una gran nave con enormes torres
decoradas de ventanales de colores.
Sara centró la mirada en la carretera y
avanzó con el coche cuidadosamente cuando comenzó a diluviar.
Aparcó entre dos coches, enfrente de un
videoclub, y salió rápidamente para evitar mojarse.
Llevaba puesto una camiseta de color marrón
que llevaba grabado un corazón atravesado por una flecha y en la que se podía
leer Wild Love y unos shorts de tiro alto.
Avanzó andando pegada a la pared, bajo los
balcones de los otros edificios, hasta que llegó al videoclub.
Quedaba menos de una semana para la fiesta y
ya tenía todo lo necesario, y, puesto que aquella tarde no tenía nada que hacer
aquella tarde había decidido pasarse las últimas horas del día viendo una
maratón de películas sola en su casa. Cuando Alessia aún estaba viva, hacían
eso todos los viernes. Se cogían un enorme tarro de palomitas, un cuenco con
helado de cereza y fresa, varias bolsas de malvaviscos que más tarde se comían
después de haberlos tostado entre la llama del mechero de Alessia y finalmente
disfrutaban de los filmes.
Entró en el establecimiento y estudió todas
las carátulas y se dio cuenta de que las había visto casi todas.
De pronto, alguien entro en el videoclub,
haciendo mucho ruido con los tacones.
Sara se tornó y la maldijo. Era Teresa. Lucía
un vestidito rosa pálido de tirantes de lentejuelas plateadas a juego con unos
enormes zapatos de tacón del mismo color que la laminilla.
-¡Hola Sara!-se acercó a ella y la saludo en
la mejilla.-¿Has venido a alquilar una película?
<<No,
a tocarme el ombligo, no te jode.>>pensó.
-Si.-sonrió falsamente.-Pero no se cual
elegir.
-Si quieres yo podría ayudarte. Me encantan
las películas.
-Claro.-dijo sin ánimos.
Teresa la cogió de la muñeca y la llevó a una
esquina, la cual estaba llena de portadas de cintas.
-Pues, te recomiendo esta.-alargó la mano y
agarró “Midnight in Paris”.-Es de
hace poco y estuvo nominada a los Oscars.-tras eso, se giró y agarró otras dos
carátulas.-Y estas también están muy bien.-había cogido “Cisne negro” y “Descalzos
por el parque”.
Sara tomó las cintas en sus manos y la
observó detenidamente. Y entonces comenzó a reflexionar. ¿Por qué odiaba tanto
a Teresa? No tenía razón aparente. Y, además, hacía feliz a su hermano.
-Muchas gracias, de veras.-Sara sonrió, pero
esa vez, era real.
-De nada.-y tras eso, se despidió con un
beso, asió la cinta de “Moulin Rouge”
y salió por la puerta, dejándola sola en el local.
Sara la observó marcharse, cavilando sobre lo
que había estado pensando.
Se alejó de lugar, tras un momento de
meditación y se dirigió hacia su coche.
Entonces, alzó la vista y contempló a una
chica a lo lejos, la cual conocía.
Estaba sentada en un banco, con la cabeza
hacia atrás, dejándose mojar por la lluvia.
-¡Emm!-gritó Sara, situada bajo la terraza de
un edificio. Esta se giró, empapada, y se acercó a ella, sin importarle mojarse
aun más por el aguacero. Lucía una camiseta blanca con el dibujo de una
calavera rosa de flores y un pantalón negro.
-Hola, Sara.-Emm sonrió y la abrazó.- ¿Qué
haces aquí?
-Había venido para alquilar unas películas
y…-entonces se acordó de Alessia.-Oye, si no tienes nada que hacer, puedes
venirte a mi casa y las vemos juntas.
-¡De acuerdo!-dijo muy animada.
-Por cierto, ¿Por qué no te resguardas de la
lluvia?
-Pues porque me encanta mojarme. La lluvia me
parece lo más maravilloso que hay.
-¡Como te quiero, Emm!-Sara se rió y la
abrazó.
Tras eso, entraron en el vehículo y partieron
del lugar.
Entraron en la casa de Sara, con los filmes
en la mano.
-¿Quieres que hagamos palomitas?-preguntó
Sara, introduciendo el DVD en el reproductor.
Entonces se escucharon unos pasos que
provenían de arriba y el crujir del entarimado.
-¿Hay alguien en tu casa?-cuestionó Emm.
-En teoría no debería haber nadie, pero…-se
acordó de aquella vez que llegó a su casa y escuchó unos pasos que al final
resultaron ser de Hale, su hermano.
-Será Hale, que habrá vuelto de la
universidad.
En seguida se sentaron en el sofá color crudo
y comenzaron a ver “Descalzos por el
parque”.
Pasaron cuatro horas y media y ya estaban por
la última cinta pero Sara la paró antes de que comenzara.
-Se me había olvidado.-miró a Emm.-Ayer entré
en tu Facebook y me di cuenta de que en tu estado pone Con novio. ¿Quién es?-Sara se acercó a ella y se mordió la lengua
esperando escuchar la respuesta.
-Se llama Liam.-Emm bajó la cabeza,
ruborizada.-Empezamos a salir hace unos días.
-Cuéntame más.-Sara sonrió.
-Pues le conocí hace años en equitación y…
creo que me he enamorado.
-¡Y parecía tonta cuando la compramos!-Sara
se rió y la oprimió entre sus brazos.-Y, ¿tienes alguna foto de él Facebook?
-No, no le gusta que suba fotos. Y la verdad,
no entiendo por que.
El sonido de los pasos se hizo más
estruendoso.
-¡Hale, para ya!-Sara frunció el ceño.
Seguidamente miró su baso de agua el cual estaba vacío.-En seguida vuelvo, voy
a rellenarme el baso.
Sara se levantó del diván y se dirigió a la
cocina.
Cogió una jarra enorme de agua fresca y se
puso en su cubilete.
Entonces, el teléfono inalámbrico de la sala
de estar comenzó a sonar.
-¡Emm cógelo tú, por favor!
Emm alargó el brazo y lo agarró
-¿Quién es?-preguntó, un poco cortada.
-Soy Hale, ¿el hermano de Sara, me puedes
pasar con mi hermana?
Emm se extrañó al escuchar a Hale, que
supuestamente, estaba en el piso de arriba.
-¡Sara, es tu hermano!-dijo Emm colgando el
teléfono, sin importarle que la otra persona estaba al otro de la línea.
-¡Qué!-masculló Sara desde la cocina.
Pero entonces, un ente encapuchado apareció
detrás de ella, sorprendiéndola. La agarró de pelo y le tapó la boca y la
arrastró hacia la nevera. Ella intentaba gritar, soltarse. Pero era imposible.
Tras eso, la lanzó contra la encimera, golpeándose la mejilla y dejándola
aturdida.
-¡Emm! ¡Corre!-pudo decir antes de desmayarse.
Sin embargo, Emm no la escuchó.
Aquel sujeto apareció de repente por la
puerta, asustándola.
Emm abrió la boca para gritar, pero este se
abalanzó contra ella estampándola contra la pared.
-¡OH, Dios mío!-gritó entre lágrimas.
Aquel ser colocó su mano en el cuello de esta
y comenzó a asfixiarla.
Emm notaba como el aire no le llegaba a los
pulmones y empezó a jadear y a balancearse como pudo.
La cogió del cabello y la apartó de la pared,
aún con la otra extremidad en su garganta.
-¡Por favor… suéltame!
Entonces, la sujeto con fuerza para luego
soltarla con brusquedad. Su cuerpo salió disparado, arremetiendo contra la
alacena de cristal, haciéndolo añicos.
Sara se levantó, apoyándose en la encimera,
aun atontada por el golpe, y salió disparada hacia la entrada.
La puerta estaba abierta y aun llovía fuera.
Esta salió fuera y comenzó a correr sobre el
césped mojado cuando vio aquella persona se marchaba en un coche oscuro que no
pudo observar con claridad por culpa de la lluvia.
-¡No te tengo miedo, hijo de puta!-gruñó.
Sara volvió dentro, empapada, y se encaminó
hacia el salón. Esta se acercó corriendo a Emm, que se encontraba en el suelo,
rodeada de cristales.
-¿Estas bien?-dijo ayudándola a levantarse.
-Creo que si…
-¡No, no estas bien!-Sara se miró la mano y
se dio cuenta de que la tenia impregnada de sangre.-¡Llamaré a emergencias!
Sean llegó el último al hospital y se acercó
a Sara que estaba de pie en la sala de espera con una bolsa de hielo el la
mejilla junto con los demás.
-¿Qué ha ocurrido?-quiso saber Sean.
Sara se apartó la bolsa helada y mostró una
gran mancha de un color morado muy oscuro.
-¿Estás bien?
-Si, no te preocupes.
-¿Y Emm?
-Está en Observación. Ha atravesado la
vidriera de mi alacena.
-¡Joder!
-No te preocupes, está bien. Por suerte
ningún cristal le ha perforado ninguna vena ni nervio.
-¿Pero quien ha sido?
-Tú que crees…
Pasaron las horas y ya había anochecido.
Entonces, tras el largo tiempo de espera,
consiguieron entrar en su habitación.
-¿Cómo estas?-cuestionó Marine.
-Bien. Me han puesto once puntos.
-Parece que esto va muy en serio.-dijo Sean,
pensando en el cabrón que estaba haciendo todo eso.
-Chicos, tengo que contaros algo.-Sara miró
al suelo.-No puedo callármelo más y ahora que estamos todos… hace unos días
vino el inspector Edison para hablar conmigo.
-¿Qué ocurre Sara?-interrogó Emm.
-Todos somos culpables de la muerte de
Alessia.
-¡Qué! ¡No lo entiendo! Pero si… fue un
accidente. Nos lo dijeron en la morgue.-farfulló Daniel.
-Resulta que no… alguien la asesinado.
-¡Dios mío!-Marine se llevó las manos a la
cabeza.
-¿Y por qué no nos lo has dicho
antes?-interpeló Sean.
-No se… supongo que tenía miedo.
-No me puedo creer que te lo hayas callado.-y
tras eso Daniel salió por la puerta, enfadado.
-Lo siento, de verdad…-Sara miró por la
ventana de la habitación que daba al pasillo y observó como Daniel se despedía
de los padres de Emm y de todas las personas que habían ido a visitarla y se
largaba.
Sin embargo, lo que ella no sabía, es que
aquel ente que había provocado todo esto también estaba ahí, mirándolos.